Las casas al igual que las personas pueden estar enfermas.
Se llaman casas enfermas a aquellas que sufren grandes geopatías. El problema de estas casas es que sus habitantes acaban enfermando con ellas.
Por ello, si padeces tú o tu familia varios de los siguientes síntomas, es fácil que tu casa esté enferma:
- Persistente sensación de malestar.
- Te levantas cansado por la mañana, sensación de me “ ha pasado un tren por encima”.
- Dolores de cabeza.
- Muy nervioso y enojado.
- Falta de vitalidad.
- Ansiedad y/o depresión crónicos.
- Constantes discusiones en la pareja por cualquier tontería.
- No apetece volver a casa.
- Los niños se orinan en la cama y se cambian constantemente de sitio.
- Los niños suelen estar apáticos, anémicos y sin ganas de ir a la cama.
Además, suele haber humedades y mohos.
Hay que añadir el hecho de que haya antenas de telefonía móvil en un radio de 150 metros.
En caso de que padezcas varios un 50% de estos síntomas, es fácil que vivas en una casa enferma. En ese caso te aconsejamos que la revise un profesional bien cualificado.
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Nuestro compromiso es la satisfacción de nuestros clientes.
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Nuestra reputación y buen nombre nos precede.